El último libro leído, en nuestro
grupo de
lectura, ha sido “AKHENATÓN”, del novelista egipcio, Maguib Mahfuz, premiado en el 1957
con el premio nacional de las letras egipcias y en 1988 con el Premio Nobel de literatura.
Este libro es una novela basada en Akhenatón como heredero y Faraón,
y Nefertiti, su compañera, esposa
y reina.
El libro comienza con el empeño del periodista Miri
Món por descubrir la verdad sobre el reinado de Akhenatón y Nefertiti.
Su padre,
el sabio Qaqimna: le dijo:
No juzgues
nada hasta haber escuchado a todas las partes. También le entregó una carta de
recomendación para ex cargos y
colaboradores importantes del rey durante su reinado.
Marimón: Tebas había recuperado su edad dorada,
después de la amarga experiencia del Hereje y la decadencia. Se convirtió de
nuevo en la capital, su nuevo faraón Tutankhamón, hizo reverdecer el trono. Los
hombres de paz y de guerra regresaron, y los sacerdotes ocuparon de nuevo los
templos, los palacios volvieron a ser habitados y los jardines reverdecieron.
EL SACERDOTE DE AMÓN
El gran sacerdote del templo de Amós le recibió
sentado en una silla de ébano con asideras de oro. Y alabó su proyecto murmurando que la verdad
debía de saberse.
Se inclinó hasta que le dieron permiso para
sentarse, donde escuchó:
Es una triste historia, Miiri-Mon, que empezó con
el rumor inocente sobre las creencias del heredero. Su madre nos había dicho:
Vosotros sois nuestro bien y nuestra bendición,
sacerdote de Amón.
Nosotros somos los siervos de los dioses y del
pueblo, somos los maestros, los médicos, los guías en la religión y el más
allá.
La gran reina no es más que la dama reinante, aunque
sabemos que nos respeta…
Amenothep III
Quizá sea
útil que te hable del gran rey Amehotep III y hasta de su abuelo Thotmés III
que afianzó para él un imperio sin precedentes, en cuanto a grandeza y multitud
de razas. Construyó palacios, templos y estatuas y se hundió hasta las orejas en vino y mujeres. La
astuta mujer se aprovechó de sus puntos débiles para poner en práctica su
ambición sin límites.
Le dije en una ocasión:
Mi señora,
vosotros sois crueles. Gobernáis con la fuerza y no con el amor.
Me
respondió.
Y también
con el amor. Lo que sirve para tratar a los animales salvajes no sirve para los
animales domésticos.
Nunca pensamos en perjudicar al trono, pero ella
era muy desconfiada debido a su mala conciencia.
Luego tubo dos gemelos. El mayor y más válido
murió para perjuicio de Egipto. Este fue el hereje, de padre desconocido y cuya
hombría era dudosa, afeminado…
Como su padre, se casó con una mujer humilde con
ambición, cierto libertinaje; hermosa, perseverante, provocadora que se lanzó,
junto a él, a una política destructiva. (Nefertiti tuvo siete hijas de otros hombres)
De él recuerdo su figura repugnante. Se inventó un
dios a su imagen, débil y femenino, padre y madre a la vez, y le atribuyó la sola
función del amor.
Egipto quedó destruido, con sus templos vacíos y
sus gentes hambrientas.
Era el resultado de un rey deforme, despreciable
que no merecía el trono.
Construyo una nueva ciudad a la que le obligamos a
emigrar con 80.000 herejes.
Emprendieron un viaje por el imperio para para
atraer a su pueblo la impiedad.
Cuando las cosas no podían aguantar le pedimos a
través de su madre que renunciara al trono. Él lo reusó y nombró a su hermano
Samankhra como correinante. Nosotros no ignoramos y elegimos a Tutankhamón para sucederle.
Ante la obcecación del loco, sus hombres
decidieron abandonarle y hacer pública su lealtad al nuevo faraón.
AY
AY, el sabio y padre de Nefertiti, maestro del
heredero dijo que le sorprendió su inteligencia y que aprendió a leer y
escribir con una facilidad pasmosa. Su madre, la reina Tiy, a causa de los
amoríos de su marido y la pérdida del otro hijo Thotmés, se convirtió más que
en una madre, en su compañera y maestra.
Fue singular desde su más tierna juventud llegando
a discutir conmigo de igual a igual. En aquel débil armazón destacaba una voluntad de hierro. Una vez me
dijo:
¡Tebas,
decís que es una ciudad sagrada! No es más que un nido de comerciantes
ambiciosos, libertinos y prostitutas, y ¿quiénes son esos grandes sacerdotes maestros? ¡Acaso
no son ellos quienes engañan a los humildes con sus supersticiones, piden a los
pobres parte de sus limitados ingresos, seducen a las jóvenes con la excusa de
bendecirlas y quienes han convertido su templo en un centro de corrupción y
pendencias!
Una mañana me dijo que había oído una voz que le
decía:
Yo soy el único dios, no hay más dios que yo, yo
soy la verdad. Adórame a mí solo. Entrégame
tu ser , pues yo te he entregado
mi amor.
Mis intentos porque dejara aquellas creencias y volviera
al dios Amón no obtuvieron resultado alguno. También en mi casa hablamos sobre
el tema, pero mi hija Nefertiti se ponía de su parte diciendo que era la verdad.
En aquellos tiempos, el rey atravesaba la etapa de
sus últimos días con un amante que podía ser su nieta.
Su padre murió y él fue coronado emperador.
Me sorprendió como en todas partes era recibido
con entusiasmo y amor junto a Nefertiti.
Se entristeció mucho ante la muerte de su hija
Mikitatón.
Hizo la nueva Ciudad de Akhetatón. Después de años
de expansión de las creencias en el dios único llegaron los problemas, su madre
murió. Las cosas fueron de mal en peor hasta
que todas las provincias se revelaron y quedamos asediados en una cárcel
llamada Akhetatón junto a nuestro dios único. Los jefes, ministros demás
colaboradores se le pusieron en contra y apoyaron a nuevo emperador Tuthankamón.
Esta es la historia de Akhenatón, a quien hoy
maldicen y llaman el Hereje.
HOREMHETB
Fue el único hombre de Akhenatón que conservó su
empleo como jefe de la policía en la nueva situación y se le encargó acabar con
la corrupción en el país. Le dijo:
Fue mi compañero de infancia, mi amigo, antes de
ser mi señor. Desde que lo conocí hasta el último saludo, no tuvo en la cabeza
más que la religión.
Tenía una capacidad extraordinaria para cautivar y
atar el corazón de la gente.
Su destino se confirmó al casarse con Nefertiti,
mujer de una gran belleza y sensibilidad. A pesar de mi amistad, pensé en
matarlo con mi propia espada antes que permitir que nos arrastrara a la destrucción.
A pesar de la debilidad de su cuerpo afeminado,
poseía una determinación desafiante.
Combatió a los poderosos sacerdotes y destruyó tradiciones antiguas como la
magia y la superstición.
Nefertiti
demostró tener una gran capacidad para ser una gran reina. Ella administraba
los asuntos del rey y él se dedicaba a su misión. Los sacerdotes creían en la
debilidad de Akhenatón y no comprendieron u capacidad de lucha e invención.
Él empezó a difundir su misión religiosa por todas
las regiones y tuvimos días de victoria , felicidad y tranquilidad hasta
que nos pareció que aquel joven
deprimente estaba destinado a destruir el mundo y a reconstruirlo a su imagen y
semejanza.
Tenía mis dudas sobre el nuevo mundo que se estaba
creando. ¿Resistiría el nuevo orden el paso del tiempo? ¿Acaso el amor, la paz
y la alegría podría ser la balanza del mundo?.
Cuando la situación dio un vuelco, le aconsejé:
“debemos cambiar la política”, pero él ebrio de entusiasmo se oponía a toda
acción de retirada. Comprendí que la mejor manera de protegerle era librarse de
él. La reina Tiy fracasó en el intento de hacerle recapacitar.
Tuvimos que sufrir privaciones y la muerte nos
acechaba por todas partes, . Sin embargo, Akhenatón mantenía su tozudez y
obstinación. Nefertiti le abandonó quizá para salvar su vida. Estaba segura que
los sacerdotes la consideraban la principal responsable. Él enfermó por unos
días uy después murió.
BEK
El escultor BEK dijo:
El corazón de mi señor no conocía el mal: quizá
fuese el motivo de su drama. Lo cierto es que yo se lo debo todo a mi señor y
maestro, le debo la religión, el arte al mismo tiempo.
Encaminó mis sentidos a la religión de Atón para
después abrir mi corazón al único creador, cuya voz le reveló la fe y el amor:
Iluminas la tierra con tu luz
Y las tinieblas desaparecen.
Oh, creador del cielo y la
tierra,
Del hombre y de las bestias.
Me decía también:
Dios ha creado las cosas: no juegues con ellas,
reprodúcelas fielmente,
Haz que resalten con su fuerza, no dejes que sean
dominados por el miedo, la avidez o los falsos credos. ¡Refleja todos los
defectos de mi cara y de mi cuerpo para que en la verdad aparezca tu belleza!
Fui escultor real y marché al frente de 80.000
trabajadores y artesanos para construir la ciudad más hermosa de la tierra,
Akhetatón. Con amplías avenidas, altos palacios, verdes jardines, estanques
artificiales, máximo ejemplo del arte y la belleza y, que sería destruida por
el odio, presa de los sacerdotes y del tiempo.
Mi señor
era artista, poeta y dibujante. Entrenó sus largos y delicados dedos para
conversar con la piedra. Te diré algo que solo saben unos pocos: esculpió un
busto de Nefertiti que era un ejemplo de verdad y belleza. Cuando le abandonó la
reina, se borró el ojo izquierdo de la estatua, como expresión de su desilusión
y de su amor eterno.
TADU -HEPA
Hija del rey de Mitamni, el mejor aliado del trono
de Egipto. Amenhotep III se casó con ella en sus últimos días, con sesenta años
y ella quince. Akhenatón la heredó junto con el harén de su padre.
Ella empezó diciendo que le sorprendió el aspecto
del heredero, una criatura fea y débil que inspiraba más desprecio que cariñó.
La salud del rey empeoró y los envidiosos me acusaron de ser la causa de ello.
En el harén se hablaba sobre las actividades
femeninas del rey, como el dibujo y la música y su abstención de las mujeres.
Aquella despreciable criatura subió al trono junto a Nefertiti y, al harén nos
prometió protección como si fuéramos animales.
La Reina
Tiy re recordó la obligación para con el harén y conmigo por lo que nos visitó
Nefertiti y nos saludó una a una. También nos visitó el nuevo rey y cuando me
tocó a mí, le esperaba desnuda. Él se sentó en la cama y me preguntó:
¿Te
gustaría tener un hijo mío?
Es mi
deber, mi señor.
Yo busco el
amor, ese es mi primer y último deber.
Le
pregunté:
¿Acaso
deseáis de mi el amor?
Me dio unas
palmaditas afectuosas en la mano:
¡No en
contra de tu voluntad!
Cubrió mi frente con el velo y abandonó la
habitación.
La verdad, según contaban las mujeres de palacio,
es que no tenía ningún tipo de relación íntima, ni él era capaz de tenerla.
Nefertiti llevaba sus caprichos amorosos con el
escultor BEK y los generales Horemheb y May. ¡Algunas murmuraban que que él no tenía relaciones sexuales más que
con su madre, la reina Tiy.
¡No es extraño que un estúpido, si llega a ocupar
el trono, sea capaz de arruinar un imperio!
Y si él no hubiera visto algo especial en
Nefertiti, ésta no habría sido nada más
que una putilla de Tebas..
¡Ésta es la historia del imbécil y de su necia
religión!
TUTU
Había sido ministro de mensajes con Akhenatón y ocupaba el cargo de sacerdote
recitador recitador en tiempo de Tutankhamón., como había hecho en tiempo de
Amenhotep III
Lo primero que dijo fue:
Nunca fui
infiel a Amón, ni me uní a la recua de hipócritas, pero serví al Hereje de
acuerdo con el gran sacerdote para ser
su ojo vigilante en palacio y mano ejecutora cuando hiciera falte.
Esa antigua familia se distinguía por sus
magníficos reyes, pero empezó a debilitarse cuando Amenhotep III, escogió una
compañera d familia humilde que le dio aquel heredero fofo y estúpido.
Cuando el hereje subió al trono, el escarabajo se
creyó león.
Él era consiente de su fealdad, debilidad y
aspecto afeminado, pero dotado de la astucia que poseen los débiles envilecidos
por su propia debilidad y consumidos por el odio.
La gente profesó la nueva fe para conservar su
puesto en el nuevo estado. Todos cayeron sin honra, permitiendo al astuto
escupir su veneno.
Comenté al gran sacerdote:
Hay que devastar Akhetatón y matar al Hereje, su
mujer, AY, Horemheb, NAKHT, BEK…
Me contestó:
El país no resistiría más destrucción.
Podía haber sido, un poeta, un músico pero…
MUT-NAJMAT
Comenzó por decir:
El destino hizo que viviéramos el destino del Hereje Akhenatón. Mi padre, el sabio AY fue
elegido su preceptor y nos tenía informados de sus ideas. Yo desconfiaba de sus
ideas. Nefertiti tenía otro punto de vista ya que le gustaba crear polémicas a
su alrededor y , aunque era inteligente no era sincera ni fiel. Eso le llevó a
creer en Atón y después en el dios único Tuve que declarar mi fe en el nuevo
dios para obtener todo lo posible de mi nueva situación.
Por eso no tomé en serio lo que cuentan del noble
amor que unía al Hereje y la gran reina Nefertiti.
Cuando mi hermana fue elegida para esposa del
heredero, mi madre me dio un beso susurrándome al oído:
Sé inteligente MUT-NAJMAT, sin duda eres mejor que
ella pero no podemos nada contra la fortuna. Resígnate a ser una princesa y la
vida te dará de todo si eres fiel a tu hermana.
Mis contactos con el harén me hablaron de su
impotencia y que solo superaba esa impotencia con su madre.
Vivimos
días tristes en Tebas pero cuando nos trasladamos a Akhetatón, la ciudad más
hermosa que jamás construyera hombre, vivimos momentos de alegrías, de victorias
y abundancia, hasta que el ignorante creyó que aquella clara victoria del nuevo
dios y su magnífica misión de amor y paz iba
a ser permanente.
Cuando las cosas empezaron a torcerse le dije a mi
madre:
Este es Amón que muestra sus colmillos.
En una ocasión dije a Nefertiti:
¿No vas a hacer nada para defender el trono?
Me respondió con un entusiasmo que no me
satisfizo:
¡Moriremos defendiendo el trono del dios único!
La verdad es que Nefertiti estaba tan loca como él
y arrastraban a Egipto a convertirse en zenizas.
Por ello le Rina es más culpable que Akhenatón
debido a su inteligencia y astucia.
En el último momento lo abandonó, para refugiarse
en su palacio.
MIRI-RA
En
un tiempo fue el gran sacerdote del dios único en Akhetaton.
Le
dijo:
Quizá
fui la única persona que fui sacada por la fuerza y que se negó a separarse de
su señor. Tuve la buena suerte de formar parte del séquito del príncipe desde
niño. Estudiamos juntos la religión de Amón y la de Atón. Su amor penetró en mi
corazón, allí donde nunca había penetrado ningún sentimiento. En una ocasión se
me quejó de que su padre quería insistía en convertirlo en un combatiente. Se
miraba al espejo y decía sonriente:
¡No
soy ni fuerte ni bello!
La
muerte de su hermano Thotmés dejó en él una profunda herida que se agrandó
mucho más con la muerte de su hija Mikitatón.
Fue
entonces cuando declaró una guerra
eterna contra la debilidad, la fealdad y la tristeza.
Un
día lo encontré en su refugio pálido y me dijo:
El
sol no es nada. Ayer una imagen visual, una voz más dulce que el aroma de las
flores llegó a mis oídos y me dijo:
Yo soy la energía de la cual brota la
existencia, yo soy el manantial de la vida, yo soy el amor, la paz y la
alegría. Deja que llene tu espíritu con el néctar de los castigados en este
mundo.
Desde
aquel momento se convirtió en el sacerdote del dios único.
Anunció
su fe a los íntimos y más tarde dijo que no creía en los falsos dioses.
Su
matrimonio con Nefertiti le aportó una gran felicidad, pero su mayor gozo fue
siempre su fe sincera en su dios.
Pude
descubrir que se escondía en él una energía
real oculta por su débil constitución.
Al
final nos dijeron que la enfermedad había acabado con él pero yo lo dudo mucho,
más bien creo que manos pecadoras se cernieron contra él y separaron su cuerpo
de su espíritu puro y eterno.
MAY
Había
sido general del ejército de la frontera
en tiempos de Akhenatón y seguía ocupando el mismo cargo. Empezó diciendo:
El Hereje de padre desconocido, subyugó
a todo el mundo, los tambores de la guerra enmudecieron dando paso a los cantos
y la música y, por orden de una mujer fea disfrazada en pellejo de hombre, me
obligaron a mí (el encargado de defender el imperio) a permanecer quieto
mientras el Imperio se desgarraba y caía en manos de los rebeldes y los
enemigos; mientras las voces de nuestros aliados pidiendo ayuda se perdían en
el aire.
Me
sentía consternado al comprobar que hombres como AY, Horemheb y NAKHT
participaban en aquel engaño.
Cuando
me enteré que había ordenado cerrar los templos y echar de ellos a los
sacerdotes, me di cuenta que una gran maldición se cernía sobre nosotros, sin
distinción de buenos y malos.
Su
debilidad tenía un atractivo irresistible para todos los ambiciosos y por ello
la gente del imperio anunciaron su fe en el mensaje de amor y de paz, ayudado por una mujer
inteligente como Nefertiti. Su debilidad era el cebo que atraía a los hipócritas, ladrones y libertinos.
El
gran sacerdote de Amón no era partidario de combatir, sabiendo que si me lo
permitía acabaría con el Hereje y sus hombres y me reservaría el derecho de ser
jefe y el héroe con lo que habría muchos motivos para que yo ocupara el trono.
Hoy
se agolpan en torno a Tutankhamón, el sacerdote, AY, Horemheb… acechando al
rey. Así van las cosas en Egipto.
MAHU
Le
dijo:
Co
él terminó la alegría, ¡y que los dioses te perdonen Egipto!
Á no fui infiel a Amón pero creí por amor a mi
Señor, el mejor hombre, el más dulce y
compasivo.
Vivía
en el amor y para el amor, nunca hizo daño a ningún hombre ni animal. Su mano
nunca se manchó de sangre ni castigó a ningún culpable.
Cuando
cogíamos algún ladrón, recuperábamos lo que había robado y le encontrábamos
trabajo en los campos, predicándole el mensaje de amor y de paz.
A
los asesinos los enviábamos a las minas, dándoles tranquilidad y un sueldo. En
los ratos libres se le adoctrinaba en la nueva religión. A menudo encontrábamos
ingratitud y traición, pero Él nunca cejó en su empeño.
Su
fe era fuerte, firme, inquebrantable, incansable…
Era el extraño rey que que paseaba en carroza
real por las calles de Akhetatón en compañía de la reina sin guardias, hablando
con la gente, rompiendo las tradicionales barreras entre el trono y el pueblo.
Pero con el transcurrir de los años la
cosas fueron de mal en peor, los hombres resultaron ser fantasmas vacíos que
arrastra el viento del otoño como hojas amarillas sin fe ni lealtad.
¿Cuál e tu opinión sobre él?
Respondió perplejo:
Era el espíritu personificado de la
dulzura y la pureza, pero no puedo decir más de lo que dicen los hechos que te
he contado.
¿Y Nefertiti?
Era la belleza y la magestad.
¡Cuántas cosas se dicen de ella!
Me dijo claramente:
Te
digo que como jefe de la policía no registré nunca un mal paso por su parte,
sin embargo leí en los ojos de Horemheb, NAKHT y MAY rebosantes de malos
espíritus.
Hasta
donde yo se, ella no dio nunca a nadie ocasión de rebasar sus límites.
NAKHT
Ex
ministro de Akhenatón.
Le
dijo:
Se
me escapó el poder y el imperio se desgarró ante mis ojos. Y cada vez que se
repite mi tormento me pregunto:
¿
Qué tipo de hombre era mi Señor, al que hoy llaman Hereje?
Por
mucho que hablen de su debilidad y su
aspecto afeminado y extraño, consiguió que le amaramos, nos maravilló con su
capacidad y precoz madurez. Pero tenía un punto débil, que los asuntos del
mundo real no le interesaban. Bromeaba con las tradiciones como lo hace un niño
mimado rompiendo jarrones caros.
Lo
consideraron loco y estúpido, pero no era ni una cosa ni otra aunque tampoco
era normal.
Cuando
le exponíamos asuntos de la administración, de economía, las aguas o la
seguridad permanecía en silencio, dejando que la reina, quien mostró tener
tener méritos inimaginables, exponer su opinión y sus directrices.
Él
tenía un gran poder de fascinación sobre la gente. Anunciaba su decisión con
una energía asombrosa y el griterío de la multitud se elevaba hasta el Cielo. Me sentí insignificante a
comprobar que de aquella constitución enfermiza se desprendía una energía
ignorada y sin precedentes.
A
pesar de la sabiduría de Nefertiti, ésta se entregaba a él y su misión
haciéndola suya.
Un
día me dije:
Ésta
mujer o es su compañera espiritual o la mayor embaucadora jamás conocida.
Al
final llegó lo que había de llegar.
BINTU
Era
el médico particular de Akhenatón.
Comenzó
diciendo:
Se
diga lo que se diga de Akhenatón al que ahora llaman Hereje, su recuerdo llena
de carió nuestro corazón y constituye u desafío a nuestra memoria: ¿ De veras
existió un hombre tal entre nosotros?
¿De veras dedicó su vida al amor?¿De veras dejó tras de sí aquel huracán
de odio y aversión?
Mi
temor llegó al máximo cuando cogió las fiebres del jansín y contagió a su
hermano Thotmés.
La
reina Tiy me dijo:
Tienen
estreñimiento, mira que amarillos están:
Los
examiné y le dije:
Tienen
el corazón caliente y el vientre inchado, hay que darles una purga.
Haced
una infusión de cerveza y harina seca macerada durante una noche y que beban de
ella durante cuatro días.
Antes
de esos días murió el más fuerte y se salvó el más débil.
Seguí
sus aventuras espirituales con interés y admiración sin límites. Dormía poco,
oraba mucho, leía mucho como un sabio y no paraba de preguntar y discutir.
No
olvidaré sus palabras riñéndome:
Tú
te interesas por el cuerpo como si lo fuera todo, mientras la verdadera fuerza
se esconde en el espíritu que es eterno.
¡El
cuerpo es un edificio gastado y sucio, de malos hábitos, que se derrumba con la
picadura de un bicho cualquiera!
Y
exclamó como su hubiera olvidado mi presencia:
No
se lo que quiero, pero un gran anhelo me domina. ¡Qué noche más larga y triste!
Cuando
su hija Mikitata murió lloró junto a Nefertiti con la máxima tristeza.
A
preguntas sobre los comentarios de su sexo respondió:
Su
cuerpo tenía características de los dos sexos, así como su rostro, pero era un
hombre capaz de tener relaciones y procrear.
¿Has
oído hablar de sobre su relación con su madre?
Se
lo mismo que has oído tú, pero lo considero una pura calumnia.
La
cuestión es que era un hombre por encima de los demás, que anunciaba un reino
divino inaceptable para la naturaleza humana. Hizo que cada uno sintiera su
insignificancia y los desafió con una insistencia sin precedentes. Y se
abalanzaron contra él con una ira terrible y un odio animal…
¿Cuál
es tu opinión sobre Nefertiti preguntó Mar-Mon?
Una
gran reina de innumerables méritos.
NEFERTITI
Permitieron
la entrada a Akhetatón con un permiso del General Horemkeb.
Las
gigantescas calles se escondían bajo montañas de escombros, restos de hojas
secas y montones de maderas de puertas y ventanas. Los grandes portones se
cerraban como párpados caídos sobre ojos en llanto. Entre escombros asomaban
restos de paredes derruidas del templo
del dios único, donde habían retumbado los más dulces cánticos sacros.
Cunado
pude entrar en el palacio donde estaba recluida Nefertiti, siempre acompañado
por un soldado, Apareció ella vestida
con una túnica blanca y holgada. Era delgada, hermosa y magnífica.
Empezó
alabando al padre de Mari-Mon y luego le preguntó con amargura:
¿Qué
te ha parecido la Ciudad de la Luz?
Él
no quiso contestar:
Nefertiti
dijo:
Una
tarde ya lejana hoy a mi padre, a escondidas, cantando uno de los himnos del
príncipe.
Eres bello, eres magnífico,
alegras el corazón de los hombres,
los árboles y las hierbas reverdecen,
los pájaros aletean, los corderos saltan.
Me lo aprendí de memoria. Y el destino quiso
que fuera esa mariposa atraída por la luz que terminará quemándola.
Nos
invitaron a la fiesta de los 30 años de reinado y cuando vi al príncipe, delgado
y endeble, fue una decepción para mis
sueños, ya que lo había imaginado como una estatua de luz.
Sin embargo, enseguida superé aquella decepción y fui más allá de su penosa
apariencia para encontrar el espíritu que en ella se escondía. Aquel que el
dios único había elegido para difundir su mensaje de amor. A él juré fidelidad en mi interior por toda la
eternidad.
Me
dirigió una mirada penetrante y nuestros ojos se y nuestros ojos se encontraron
por primera vez.
Al
día siguiente mi padre dijo, la reina quiere ver a Nefertiti.
En
la visita, la reina me preguntó:
¿
Te llamas Nefertiti?
Asentí
con la cabeza.
Un
nombre muy apropiado. ¿Cuántos años tienes?
Dieciseis
años.
Pares
mayor. ¿Para qué crees que te he mandado llamar?
Para
algo que yo no merezco. Sonrió.
Con
sinceridad. ¿El amor ha llegado a tu puerta?
Dije
sin dudarlo:
No,
mi señora.
¿Nadie
ha pedido tu mano?
Muchos
pero ninguno le ha parecido bien a mi padre.
Háblame
del caballero de tus sueños. ¿Cómo quieres que sea?
Quiero
que tenga la fuerza del combatiente y la fuerza del sacerdote.
¿Y
si tuvieras que escoger?
Prefiero
al espiritual.
¿Has
visto al heredero?
En
la ceremonia, mi señora.
Te
he elegido como esposa de mi hijo. Prométeme que serás mi fiel colaboradora.
Os
lo prometo.
Después en casa me dijo mi padre: Tu madre se
alegra hoy en su tumba.
Quizá
ella sí
La
fortuna no te podía otorgar una ocasión mejor para ser feliz.
¿De
veras crees que tengo felicidad?
El
trono da gloria pero la felicidad depende de la sabiduría de cada uno.
Le
dije:
Cuánta
razón tienes, padre.
Después
de la celebración, en la habitación, me hizo poner en pie sobre la cama y,
abrazando mis piernas susurró:
¡Eres
el sol de mi vida!
Mi
espíritu se contentaba con la luz que de él emanaba, pero mi cuerpo se
marchitaba ante su extraño aspecto.
Me
dijo:
Te
amé desde el momento en que te vi, en la fiesta, y corrí a comunicar mi deseo de casarme contigo a mi
madre.
Era
el turno de hablar y decir algo verdadero:
Creí
en ti y en tu dios antes de conocerte.
Así
me lo dijo tu AY, tu eres la primera creyente, Nefertiti.
Seré
la primera en cantar los himnos al dios en su templo. Te lo prometo.
Mis
sentimientos religiosos se dispararon, pero mi vida real se fue endureciendo en
la tristeza y el silencio.
El
futuro jugaba con mi cuerpo delicado y hermoso.
Mi
señor vivía en la verdad y lo que más aborrecía era la mentira y los
mentirosos.
Nunca
me preguntó si los amaba.
Un
día la reina Tiy me mandó llamar a su salón y me comenzó a inspeccionar mi
cuerpo y sonriendo me dijo:
Debes
cuidarte, en tu vientre hay una nueva vida que algún día será parte de la
historia de este país.
La
reina era una mujer fuerte e inteligente, magnífica. Mi marido la amaba de una
manera extraordinaria, y ella lo consideraba de su propiedad.
En
aquel periodo de nuestras vidas conocí el alcance de la energía de mi marido,
oculta hasta entonces en su debilidad corporal; percibí la dureza de su
espíritu, la energía de sus designios, la violencia de su valor y su firmeza
ante los desafíos. Una vez más dijo:
Ni
las montañas de piedra que son las pirámides me apartarán de mis objetivos.
Me
enfrenté a la reina Tiy a consecuencia de creer en el dios único.
Pronto
se ordenó al príncipe que saliera al frente de la expedición que debería recorrer todo el imperio.
Sentí
que Tiy empezaba a castigarme privándome de mi marido a punto de dar a luz.
Cuando
se marchó, pasé por una experiencia nueva, que nunca había imaginado. ¿Qué
sucedió durante aquellos días?
La
luz del mundo se apagó y me vi envuelta en una soledad espantosa y asfixiante.
La tristeza me envolvía. Añoré a mi
señor en cada rincón de la casa y a todas las horas del día. No podía imaginar
que él representara tanto en mi vida. No solo como maestro sino como marido y
amante. Lloré de arrepentimiento por mi ceguera, ansiosa de lanzarme a sus
pies.
Me
vinieron los dolores de parto casi al mismo tiempo que ala reina Tiy. Yo tuve a
Miritatón y la reina tuvo dos gemelos, Samankhra y Tutankhamón. Cuando supe qu
había tenido una niña me sentí abatida.
El
rey Amenhotep III s
Había
pedido la mano de Tadu-Hepa, hija de un rey amigo, con tan solo 15 años y muy
pronto el rey murió.
Mi
amado no tardó en llegar con su talle alto y delgado y su afecto que disipó las
tinieblas.
Corrí
hacia él y le abracé con todas mis fuerzas.
Me
miró a los ojos un instante y me dijo:
¡Al
fin llegó el amor, Nefertiti!
Yo
t amé antes de verte.
Pero
no me has amado como marido hasta este momento.
Ocupamos
el trono en un ambiente de amenazas y desafíos, y pronto apareció la energía
oculta de mi marido en todo su esplendor.
Expuso su religión a su hombres y todos anunciaron su fe.
Heredó
el harén de su padre incluida Tadu-Hepa y su madre le recodó que tenía obligaciones que cumplir
para con ellas.
Un
día en el jardín le pregunté:
¿Cuál
es tu intención respecto al harén?
¡No
me despierta ningún deseo!
Terminada
la construcción de un nuevo templo para el dios único en Tebas fuimos a
inaugurarlo en comitiva, pero los sacerdotes salieron al paso paso del rey gritando consignas a favor de Amón.
En
aquel periodo vivimos tranquilos y felices, aunque nos acechaba un ambiente
hostil y muy tenso.
A
su debido tiempo nos trasladamos a la nueva ciudad de Akhetatón.
Por
las tardes salíamos a pasear, en nuestra carroza real, sin guardias, por las
avenidas de Akhetatón ante un pueblo entusiasta.
Recorrimos
todo el país predicando la fe del dios único de victoria en victoria.
Vivía
con él en la verdad y creía cada palabra que salía de su boca.
Tuvimos
que soportar la muerte de mi primera hija.
El
ministro NAKHT nos visitó para anunciarnos con pelos y señales la mala situación
de las cosas, pero mi señor era inconmovible.
La
reina Tiy vino a visitarnos y nos dijo con violencia:
Pronto
comenzará una guerra civil. Tienes el ejército y la policía apresúrate antes de
que el trono se desmorone.
Respondió:
Nunca
ordenaré que se derrame una gota de sangre.
Sus
máximos colaboradores le informaron que el enemigo estaba infiltrado en todo el
imperio, los países sometidos se han rebelado y estamos rodeados en Akhetatón.
Y
mirándolos a la cara sentenció:
Os
relevo de serme fieles.
Me
sorprendió la fe inamovible de mi amado.
Horemheb
me dijo:
Hacer
algo, hacer lo que podáis. Lo matarán si remedio, si insiste en su postura,
incluso es posible que lo haga uno de sus hombres.
Me
asaltaron algunas dudas sobre mi fe y me planteé como podía salvar a mi señor.
Se me ocurrió que si le abandonaba su firmeza se debilitaría y aceptaría
someterse a la voluntad des sus hombres y
renunciaría al trono. Fue así como abandoné a mi amado y su palacio y me refugié
en mi palacio particular.