martes, febrero 16, 2016

LA NIÑA RUBIA Y GUAPA (Cuento de Tomás Martín C.)



LA NIÑA RUBIA Y GUAPA




En un pueblo muy pequeño  vivía Angelita, una niña tan
 rubia, tan guapa y
tan inteligente
que   los niños se
enamoraban de ella
 sin remedio.
Y sus amigas se alejaban
 por la competencia 
 que representaba ante los
 niños que la colmaban
de atenciones y alfombraban
 el suelo por donde ella había de pasar.
Angelita era una niña sencilla y amable y cuando algún niño le pedía que fuera su novia,  le contestaba que ambos eran muy pequeños para hablar de esas cosas. Aunque sí podían ser buenos amigos y, pasado el tiempo, cuado fueran  mayores no se podía saber que podía pasar.
Con aquellas palabras salía del compromiso, pero se daba cuenta que su belleza estaba creando problemas entre los niños y niñas del pueblo.
Para evitar las rencillas por su belleza decidió no arreglarse el pelo y vestirse con las peores ropas. Pero como era tan guapa, contra peor se vestía y más desarreglada estaba más  bella parecía. Tanto destacaba  su pelo rubio y su belleza entre todas las niñas que, cuando el Sol no brillaba como de costumbre, le decían que ella era la culpable por brillar más que el Sol.
Un  día salieron de excursión con los maestros  que vieron las muchas atenciones  que, los niños, prodigaban a Angelita y cómo las niñas se apartaban de ella. Y eso que entre las niñas no había ninguna fea. El problema era que  Angelita era guapísima.
Y claro a fuerza de vivir el hecho todas se pusieron en contra de ella y decidieron no dejarla participar  en los juegos.
Los niños también se apartaron de ella, con la excusa de que Angelita los despreciaba porque  eran poca cosa para ella.
 Todos tenían celos de la belleza de Angelita. Una belleza de la  que  ella no tenía ninguna culpa. Por lo que decía: ¿Qué puedo hacer yo para arreglar esto? ¿Es que yo he pedido ser como soy? Y en cuanto a los niños. ¿Cómo quieren que sea su novia siendo tan pequeña? Y si fuera mayor: ¿Acaso podría ser la novia de todos?
En aquella situación Angelita sólo salía de casa para ir al colegio. Su mamá estaba muy preocupada al verla en aquella situación. Y aprovechando que había venido su sobrino Jorge les compró  entradas para el Circo que  habían instalado en la plaza del pueblo.
 Durante la actuación  un Mago dijo que concedería un deseo a la persona que, por sorteo, saliera el número de su entrada. Y Angelita tuvo la suerte de que  su número fuera premiado y pidió al mago dejar de ser rubia y guapa.  
   Desde aquel día, Angelita pasó a ser una niña tan corriente que empezaron a llamarle la fea.
Las personas del pueblo criticaban a Angelia por haberse pintado el pelo siendo tan pequeña y por lo descuidada que se había vuelto hasta convertirse en una niña fea.
 El tiempo siguió pasando y Angelita  era despreciada, pero con su  inteligencia destacaba en los estudios, por lo que recibió el premio a la mejor estudiante de la escuela. Aquel premio no gustó a las demás niñas que decían que no se debería haber premiado a una niña tan descuidada.
Siguió pasando el tiempo  y la maestra pidió a los padres de Angelita que la mandaran a  un internado de la gran Ciudad.
Pero  como los dineros no abundaban en casa, sus padres y hermanos, hicieron una reunión para tratar el tema de los estudios, llegando al acuerdo que la llevarían a un buen Colegio, aunque para ello hubieran de  vender unas cuantas ovejas cada año.
En el internado, Angelita pasó  unos años intensos,  con la amistad de un estudiante llamado Julio que terminó siendo su mejor amigo primero y su novio después. Él la animaba y la quería, por su gran inteligencia, su grandeza de corazón y su sencillez,   a pesar de la  apariencia de fea.
Era el mes de Junio del último año de estudio, tanto para Angelita como Julio. Y desde el internado los llevaron a una actuación de Circo que resultó ser el mismo que había actuado en el pueblo. Y cual fue la sorpresa de Angelita al ver al mago que le había concedido el deseo.
Durante la función, Angelita se puso muy nerviosa, pensando que le gustaría volver a ser rubia, aunque sólo fuera para premiar a Julio que tan bien se había portado con ella.
La función de Circo se le hizo  interminable para acabar todo  como había empezado. Aunque tanta tensión terminó por provocar a Angelita un extraño mareo que la hizo  caer al suelo hasta que Julio, ayudado por el acomodador, la llevó  detrás de las bambalinas donde la atendieron.
Y mira por donde la vio el gran Mago que, sin esperar a que se despertara, la volvió a la normalidad natural.
Julio no podía creer lo que veía y cuando Angelita  despertó se puso a llorar de contenta y fue una gran sorpresa para todo el colegio, al verla tan rubia y tan guapa.
Cuando terminó el curso, Angelita y Julio, se prometieron amor eterno y compartieron el verano entre los pueblos de ella y de él, sin preocuparse por lo que pudieran pensar las otras chicas y chicos.
Pasado el verano ambos consiguieron trabajo, se casaron y se fueron a vivir a la Gran Ciudad donde vivieron felices.
Y colorín, colorao, este cuento se ha acabao.         

No hay comentarios:

Publicar un comentario