sábado, marzo 28, 2015

MATANZA FAMILIAR (Alpujarra de Granada, España)


LA MATANZA  EN PAMPANEIRA

Los cerdos también llamados: marranos, cochinos, puercos y guarros; Mal alimentados, durante la mayor parte de su vida, eran cebados durante los dos o tres meses anteriores a  la matanza, la que se realizaba entre los meses de diciembre y enero, aprovechando el frío invernal.
Para su realización se había de acordar el día con familiares, vecinos y amigos que habían de asistir a la misma para evitar coincidencia con la matanza de ellos.
 

 
 
 
 
Marranos e engorde
 
 


 

 
 
Para hacer la matanza se necesitaban una serie de utensilios más grandes o diferentes a los que se usaban a diario como: Caldera, Estrévez, sartén, olla, máquina de picar carne... cosas que no todos tenían por lo que se habían de pedir prestados.
Fijada la fecha, con las especias compradas, las mujeres a calcular las cantidades las cantidades que necesitaban de cada cosa y procedían a su molido. También se pelaban las cebollas y las calabazas y se cocían en grandes  calderas. Al día siguiente a primera hora se reunían los hombres y, todos a una, cogían al primer cerdo; Unos por las patas, otros por las orejas y otros por el rabo; levantándolo hasta una mesa preparada a tal fin.
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

Y, mientras el animal chillaba cuanto podía, el matador le ataba la trompa con una cuerda de esparto, para librarse de de sus afilados colmillos, y empuñaba una faca bien afilada y tras esperar que una mujer limpiara el cuello del bien sujeto cochino y se situara en posición de parar la sangre en un lebrillo, le asestaba una profunda cuchillada
en el cuello por donde salía una fuente de sangre que la mujer iba removiendo con una de sus manos para evitar su coagulación.

 

 

 
 La sangre en el lebrillo

 
Muerto el animal se chamuscaba con aulagas o bolinas encendidas y a continuación se regaba con agua hirviendo y se afeitaba con navajas y cuchillos afilados.
Terminada la fase en que el cerdo  quedaba limpio y libre de pelos, el matador seguía su trabajo abriéndole la parte trasera y baja de las de atrás hasta dejarle al descubierto los tendones  por los que habían de introducir los extremos de un palo curvado de medio

 

 

 

 
 

 

 
metro de largo, donde sujetar una cuerda para colgarlo, lo que lo dejaría en posición de abrirle la barriga para sacarle las tripas que en cuanto las mujeres disponían de ellas a separarlas del reaño y se dirigían a uno de los puntos donde corría el agua y había la costumbre de hacerlo.


 
 
Tripas para lavar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Allí las liberaban de cuanto contenían en su interior, esto en lo que se refería a los intestinos delgados, pero también se limpiaban las tripas gruesas, el morcón y el recto. Mientras tanto se seguía repitiendo con cuantos marranos componían la matanza de aquella casa y otras mujeres llevaban los menudos de éstos al lugar donde se estaban lavando las tripas del primero. Otras mujeres se quedaban en la casa preparando la comida que se componía de patatas de patatas con asadura, para lo que pelaban y cortaban las patatas alargadas y gruesas para irlas friendo en abundante aceite de oliva y reservarlas. Aparte se picaban las asaduras  y se freían con grasa del reaño picado y aliñado con pimientos rojos secos, vino y sal. Cuando estaba frito se le agregaban las patatas fritas y se le daban unas vueltas para revolverlo todo y se comían  bien calientes, acompañadas de mucho pan y abundante vino.
Terminados los trabajos de la mañana y tomada la comida, los hombres se dedicaban a la distracción y las mujeres a preparar, llenar, cocer y colgar las morcillas unas y la preparación de la cena otras.
Las morcillas se hacían con, cebolla y calabaza que se habían cocido el día anterior, sangre de cerdo,, manteca reañera briznas de pimientos, almendras, ajos, pimienta, canela, matalauva, cominos, clavo y los pimientos secos a los que se habían sacado las briznas. Se juntaba todo picado y se removía todo hasta conseguir una pasta
homogénea     que se iría llenando en las tripas reañeras que se ataban e iban  introduciendo en una caldera con agua hirviendo al fuego, durante unos minutos, para su cocción  y se colgaban para su secado.
Con la cena y charla posterior, y en algunos casos baile, se terminaba el primer día de la matanza.  
El segundo día a primera hora, el matador ayudado por un hombre de la casa, comenzaba el trabajo de deshacer los marranos descolgándolos, cortando los jamones y brazuelos y quitándoles el exceso de tocino, sacaban la tira del espinazo y le arrancaban los lomos que las mujeres picarían en dados gruesos para freírlos en aceite y guardarlos en orzas con aceite de oliva.
Separada la cabeza se le desprendía la careta con sus orejas correspondientes, a continuación se le extraían los sexos y troceaban sus huesos para, bien salados, rellenar con ellos el morcón para ir sacando de aquellos huesos para el cocido de todo el año.
Se le arrancaban las costillas y se troceaban para entregarlas a las mujeres que las freían y metían en orzas con aceite de oliva como habían hecho con los lomos.
Las hojas de tocino las limpiaban de carne para hacer la longaniza, momento que se tomaba un buen almuerzo con fritura de carne de la que se estaba manipulando.
La longaniza se hacía con carne magra, pimienta, perejil, orégano, vino, pimientos colorados secos y sal. Comenzando por quitar el exceso de grasa de la carne, se picaba en una máquina de manivela (que, las más de las veces, cortaba muy poco) a la que se agregaba la pimienta molida, el perejil picado, los pimientos remojados en agua hirviendo y picados en la máquina, el orégano, el vino y la sal. Se mezclaba todo para formar lo que se llamaba el adobo, para llenarlo después en las tripas interiores, llamadas longaniceras. Se colgaban para su secado y freírlas después en sartén matancera y se metían el orzas con aceite de oliva.
 
 
 

Longaniza colgada para secar
 
También se hacían unas longanizas más inferiores, utilizando la carne más grasienta y, junto con iguales ingredientes que lo longaniza normal, se le agregaban patatas cocidas. peladas y trituradas, cargando la mano en el pimiento para disimular el exceso de grasa.
 El Salchichón se hacía con la carne de cuello picada, pimienta en grano y sal. Llenada en tripas del recto se enterraban en sal gruesa durante 24 horas y se colgaba después para el secado.
Las salchichas blancas se hacían con orejas, careta y morro, cociéndolos en abundante agua a la que se habría puesto una cabeza de ajos, perejil, hojas de laurel, pimienta y sal. Una vez cocida de escurrían se picaban a máquina para llenarlas e cualquiera de las tripas que hubieran quedado, darle un hervor y comerla, como había de ser.
Terminaremos diciendo que el matador y su ayudante habrían cubierto de sal los jamones, brazuelos, tocinos, espinazos, patas y papadas haciendo con todo ello un montón que habría de permanecer en sal unos 15 días, procurando darle un par de vueltas durante aquel tiempo para que el salado fuera igual para todo.    
 

 

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