PARTIDO DE FUTBOL BARCELONA-REAL MADRID
Los días anteriores a la celebración
del partido, los medios de comunicación escribían y escribían. Hablaban y
hablaban sobre el partido y sus consecuencias, según fuera el resultado del
mismo, contribuyendo a crear un estado emocional de tensión y angustia a los
seguidores, socios y simpatizantes de ambos equipos.
Por fortuna los jugadores y directivos
demostraron, en sus comentarios y opiniones moderadas y sensatas, una madurez
aprendida de pasados fracasos.
Yo particularmente traté de aplicar la
idea de Séneca referente a “una situación que se desea tenga un final feliz, al
tiempo que se teme un fatal desenlace”.
Considerando la posibilidad de una
victoria del Real Madrid, si bien es poco probable que ello sea tan malo como
pensamos sin reflexionar.
En efecto se puede llegar a la
conclusión de que se dará uno de los tres resultados posibles: victoria, empate
o derrota.
1.- Victoria del Barcelona con lo que
la diferencia de cuatro puntos que separan a ambos equipos en la clasificación
de la liga pasaría a ser de siete, a favor del Barcelona.
2.- Empate que dejaría todo como
estaba.
3.- Victoria del Madrid lo que
reduciría la diferencia entre ambos a un punto, siempre en favor del Barcelona.
De cualquier manera los resultados
posibles no serán decisivos ni determinantes para el objetivo de ambos de ganar
el titulo de liga.
Entonces ¿porqué ponerse alterados,
excitados y nerviosos? Por la insistencia de los medios de comunicación en
darle más importancia de la que realmente tiene.
Juegan al todo o nada, lo que aportará
gran malestar a los seguidores del equipo perdedor.
En este día se celebraba el “Festival
de la canción Euro-Júnior” en el que participaba España, con una niña, llamada
Marta-Isabel y también, como no, se decía: Ganaremos.
El modo de liberarnos de la
preocupación, según la enseñanza de Séneca, es imaginando que, sea cual sea el
acontecimiento que se teme, se ha de realizar indefectiblemente.
El resultado de los dos casos que nos
preocupaban de día 20 fue que la representante española ganó el festival de la
canción Euro-Júnior y el Barcelona ganó al Madrid.
REFLEXIONAMOS SOBRE ELLO:
Aprendemos a agruparnos, en un
pueblo, una provincia, una nación, un continente y en subgrupos formados por: religión,
política, deportes...
Parte de esos grupos lo componen clubes de fútbol a los que nos aficionamos y
asociamos y, sin darnos cuenta, vamos incorporando a nuestros pensamientos y
nuestra vida. Dedicando, cada vez, más tiempo a leer y escuchar de los medios que informan y comentan sobre
el grupo a que pertenecemos y vamos sintiendo nuestro y nosotros de él.
Los éxitos del grupo de
fútbol, si se producen, van aumentando los
vínculos de pertenencia y propiedad
que puede
transformarse en pasión y hasta obsesión, viviendo con gran interés todo
lo relacionado con su organización: directivos, fichajes ect. Y la asistencia a
los partidos, verlos por televisión u
oírlos por radio, es casi obligado.
Después se han de leer y escuchar las informaciones favorables de
nuestro equipo y cerrar los oídos y la vista a todo lo que sea
desfavorable para los nuestros.
Las tertulias y comentarios de tales
aficionados es casi siempre sesgada, resaltando los incidentes o posibles
errores de los árbitros que perjudican a su equipo y silenciando los que le
pudieran haber beneficiado.
Si los resultados de nuestro
equipo es favorable, es decir, los partidos se cuentan por victorias nos
produce emoción y excitación compulsiva. Pero ¿Qué sucede cuando aparece
derrota tras derrota?
Las pasiones y emociones
también aumentan, pero con signo negativo, triste, malhumor y hasta insomnio.
En uno de estos episodios el
diario "El Mundo Deportivo" escribía: Cuando ganan, ganamos todos
y cuando pierden, pierden ellos. Se referían al Fútbol Club Barcelona.
Es para pensar lo que ocurre en el fútbol. Los
socios y aficionados queremos que nuestro equipo gane y cuando lo consiguen se les
aplaude, felicita y se celebra como cosa propia. Pero cuando pierden se les
chilla, insulta y hasta menosprecia.
Son unos hechos que suelen
repetirse: Las cosas no salen bien y la reacción adversa del público y los
medios de comunicación agravan la situación. Por lo que se llega hasta perder
con equipos inferiores y se aumentan las críticas y abucheos.
Los afición no quiere saber
que, cuanto más se chilla, el equipo, perderá más partidos, por lo que esos
jugadores se tendrán que vender a precio de saldo, fichar a otros e iniciar el
camino que finalmente les puede llevar a la misma situación.
Los aficionados sentimos los
jugadores como algo nuestro, a los que se les paga mucho para que alegren la vida con triunfos y cuando esos triunfos
no se producen se descargar la furia contra ellos hasta límites de extrema
gravedad. Algo que también se produce entre algunos animales.
Contaba mi madre que cogieron
unos pájaros de un nido y los metieron en una jaula. Los padres de aquellos
pajarillos los alimentaban, cada día, hasta que eran tan grandes como ellos.
Pero cual fue su decepción al no poder
verlos en libertad volando y
alimentándose por sus medios, que la emprendieron a picotazos hasta mutilarlos
y saltarle los ojos.
Las reacciones de los animales
y los humanos suelen ser parecidas en ciertas ocasiones. Es el caso de algunas
parejas que se maltratan y en algunos casos llegan hasta la muerte por no
desarrollarse las cosas como las deseaban.
En muchos equipos de Fútbol se
ha de ganar siempre y como ello no
siempre se produce: convertir el deseo
en necesidad es una filosofía equivocada: porque aplaudir cuando se gana y
abuchear cuando se pierde es lo contrario de lo que convendría hacer. El
resultado es que perder se considera un
drama que, sin remedio, se volverá a repetir.
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