martes, diciembre 01, 2015

HISTORIA DEL VINO EN PAMPANEIRA








HISTORIA DEL VINO EN PAMPANEIRA
Quiero decir  que no he dedicado tiempo a estudiar  cuando y como se comenzaron las plantaciones de vides en el término de  Pampaneira, pero puedo afirmar que  los años 1930, 40 y 50 la mayoría de las familias del pueblo disponían de una viña que les proporcionaba vino para el consumo  y para vender en muchos  casos.


Viñas tradicionales



Las viñas a que me refiero ocupaban el paraje de los Secanos y producían un vino llamado mosto con una graduación alcohólica media. Aunque algunas familias eran propietarias de viñas en un paraje de  Pitres, llamado Arrabal, donde cosechaban un vino de mayor graduación.

 En el pueblo se consumía bastante vino ya que, además del producido por las viñas a que me he referido, había unos vinateros que traían, en pellejos cargados sobre sus mulos,   un vino  llamado "costa" desde Albondón, Torvizcón  y otros pueblos. Y eso que las señoras no se podían permitir entrar en las tabernas, aunque en sus casas muchas de ellas bebían.

La abundancia de vino hacía que más de uno de los hombres se convertía en borracho con  el consiguiente problema para él y sus familias.


La situación descrita permaneció estable hasta que, a finales de los años 50, comenzó la emigración y con ello la disminución de bebedores y personas que habían de cuidar las viñas. Así, igual que sucedía con otros cultivos muchas viñas dejaban de recibir los cuidados necesarios y terminaban por desaparecer.

El cultivo se complicaba también para aquellas familias que decidieron continuar en el pueblo, y con su viña por supuesto, ya que cada vez eran más las dificultades para encontrar  quienes se las araran y los precios por hacerlo eran cada vez más caros.



 Emilio (el Cabo) y José Manuel (Rambo) pisando uvas de  manera tradicional






Pepe Córdoba poniendo los despojos en la prensa





El resultado era que las viñas iban desapareciendo y cada vez se bebía menos vino, aunque quedaban unos pocos que no se resignaban a perder su viña. A pesar de que los costos del cultivo eran cada vez mayores 

Ante aquella situación se habían de tomar medidas: hubo quien decidió dejar de arar, cavar y vinar su viña y combatir las malas hierbas con herbicidas. Aunque los hermanos Martín Días no estaban conformes con la situación y decidieron afrontar el reto.











Hermanos Martín Días





Viña modernizada

Cortando las uvas

 Preparando la comida













Transporte mecanizado de las uvas











Triturando de las uvas mecanizado 

Vista del interior de un depósito recibiendo zumo de las uvas
 Depósitos modernos de acero inoxidable





Los hermanos Martín junto a los vendimiadores



Barricas de roble en el sótano donde reposa el vino


 Los hermanos Martín decidieron comprar un tractor,  abancalar la tierra  y plantar parras de otras variedades que dieran vino de mejor calidad, además de una mayor producción, al tiempo que reducían los costos al poder utilizar la mecanización para laborear la viña y recoger las cajas con las uvas de la vendimia.

 Pero estos hermanos no se conformaron con las mejoras realizadas, ya que trasportar las uvas al pueblo y su manipulación, hasta  terminar en vino, resultaban trabajosas. Se había de renovar la maquinaria de trituración, pero no era suficiente por lo que tomaron la decisión de  construir un cortijo con una planta para los depósitos de  fermentación y sótano para mantener el vino trasegado a una temperatura  constante. Se dotó de agua, electricidad y servicios de aseo. 

Unos años después puede decirse que  cuanto hicieron  ha sido un rotundo éxito, por lo que se han propuesto hacer también una una transformación en la plantación de almendros. 

Se trata de unos campos de almendros  de variedades diferentes, lo que impide  conseguir unos, precios por las almendras, que permitan ser rentables los cultivos.

Ahora los están talado para injertarlos de una sola variedad cuando los nuevos tayos lo permitan. 

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