1ª.-
Al. Sr. D. José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente del Gobierno de España:
Le felicito por haber alcanzado el privilegio de
dirigir los destinos de España, recordándole que, una vez en el cargo, lo más
importante será que sus acciones redunden en el bien de los ciudadanos.
Sabiendo que su elección ha generado grandes
expectativas en buena parte de los habitantes de este País, debe ser
consecuente con las promesas y actitudes que hicieron posible la formación de
tal estado de ánimo.
Tenga por seguro que la credibilidad de su Gobierno
se medirá por la aprobación de medidas políticas y presupuestarias concretas.
Por ejemplo:
1.-Mejorando, en la tramitación Parlamentaria del
borrador de Presupuestos Generales del Estado las partidas destinadas a
cooperación al desarrollo hasta situarlas en el 0,30% de PIB. Ya que las
propuestas no responden a las expectativas creadas por su Gobierno y reiteradas
por usted, Sr. Presidente, tanto en España como ante las Naciones Unidas, con
el anuncio de una iniciativa para luchar contra el hambre en el Mundo.
También la ayuda no reembolsable (donaciones)
debería incrementarse, como mínimo, en 150 millones de euros.
2.-No necesito decirle, Sr. Presidente, lo que
sentimos cada vez que las noticias nos hablan de malos tratos y muertes de
mujeres a manos de sus parejas. Y, aunque sabemos que tiene un compromiso de
hacer lo posible para reducir este horroroso mal, también sabemos las
dificultades que entraña tal empresa. Por lo cual, desde la modestia de
nuestras opiniones, nos atrevemos a sugerirle que se trabaje en la búsqueda de
las causas que lo producen. Debe hacerse, si es que no se lleva ya, una
estadística minuciosa de todos los casos y las circunstancias que contribuyen a
que se produzcan. Y así, tanto si se comprueba que se repiten las mismas
circunstancias o se dan circunstancias diferentes, habrá más elementos de
juicio para articular medidas a medio y largo plazo, mientras se ejecutan las
acciones preventivas y paliativas actuales.
3.-Seguimos con disgusto y preocupación los brotes
de racismo que se producen en nuestro País, atizados, entre otras cosas, por la
torpeza del Seleccionador Nacional de Fútbol, Luis Aragonés. El asunto es tan
grave que el Gobierno tiene que tomar medidas para impedir que el racismo
aumente y perturbe la convivencia.
Creo que el Seleccionador Nacional de Fútbol debe
pedir disculpas claras a cuantas personas o grupos se hayan sentido ofendidos por
sus palabras, aunque lo mejor sería que fuese cesado
4.-Como creyente cristiano que soy, me preocupa
la falta de entendimiento entre la Conferencia Episcopal y el Gobierno. Las
enseñanzas de Jesucristo, que nosotros tratamos de seguir, persiguen el bien
común y la protección de los más necesitados, por lo que el entendimiento con
los componentes del Partido Socialista que predica la solidaridad y la
tolerancia como virtudes propias, no debería ser insuperable. De hecho
muchísimos cristianos pertenecen al Partido Socialista y le dan su voto en las
elecciones. Cristianismo y Socialismo tienen muchas cosas buenas en común y no
deberían cegarnos los hechos en que haya discrepancias, cómo en el aborto que
los socialistas creen necesario y, por tanto, lo facilitan, y los cristianos
tenemos catalogado como un mal.
Aprovechamos para
hacerle llegar nuestro deseo de que acierte en sus decisiones y las de
su equipo de Gobierno. Reciba un saludo. Tomás Martín Cifuentes. Barcelona 1-12-2004
Excmo. Sr. D. José Luis Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno de España:
Sucede que por la alternancia política y la
orientación de las mayorías que hacen posible la aprobación de las leyes, que
algunas de éstas como la “Ley de Educación”, se cambian o se intentan cambiar
con demasiada frecuencia y, siendo buena la inquietud por mejorar una ley
fundamental como ésta, no es menos cierto que cada proyecto de modificación
convulsiona a muchísimas personas y estamentos españoles.
Y si sucede que, una ley tan importante, se impone
sin aceptar nada de lo que proponga la oposición, ocurrirá, como viene pasando,
que cuando ellos lleguen a gobernar la volverán a cambiar, creando otro revuelo
nacional y la preocupación e inquietud de estudiantes, profesores y padres.
No duden en incorporar a las leyes lo bueno
de los otros porque –como dijo Felipe González- también ellos tienen su parcela
de verdad.
Hagan pues una ley entre todos para que
pueda ser duradera y permita a los estudiantes estudiar y los profesores enseñar,
olvidándose de las manifestaciones y luchas para influir en la misma.
Reciba un saludo de Tomás Martín Cifuentes. Barcelona 02-11-2005
3ª.-
Excelentísimo Señor D. José Luis Rodríguez Zapatero.
Presidente del Gobierno de España:
Palacio de La Moncla.- Complejo Moncloa.
28071 Madrid
Siento muchísimo no poder felicitarle por como va
España en su segunda legislatura. Pero nada me impide animarle a que utilice
todos los medios a su alcance para evitar que una situación complicada y grave
para algunos, se convierta en dramática para los más desfavorecidos y
catastrófica para muchos.
No seré yo el que desconfíe de aquellas palabras
pronunciadas por usted en la investidura de su primer mandato, cuando hablando
de sus capacidades y virtudes dijo: “Siento
el deseo de hacer cuanto bien me sea posible”. Era el momento de hablar de
nuevo talante, convencimiento y esperanzas.
Yo fui uno más de los que le felicitamos “por haber
conseguido la Presidencia del Gobierno y generado expectativas en la gran
mayoría de los ciudadanos”.
Y ahora, aceptando que aquellas expectativas y
esperanzas no se cumplieron del todo y que entre las luces empezaba a
vislumbrarse alguna sombra: Como la facilidad con que daba por hecho que ETA
dejaría las armas en breve. La mayoría de los votantes le otorgaron un
segundo mandato, para el que anunciaba mejoras a partir de la primavera.
Promesas que, al no producirse, dejaban entrever que usted no estaba bien
informado.
A mí me sorprendía y me sigue sorprendiendo que
usted, tan dado a recurrir a comisiones de expertos, no supiera de la crisis
económica y financiera que se nos venía encima. Y, aunque puede pensarse que lo
sabía y se resistía a admitirlo para no crear alarma, queda flotando una
pregunta: ¿Por qué no se articularon medidas para amortiguar sus efectos?
Lo cierto es que usted seguía llamando
desaceleración a la crisis, imitando a aquel padre que, para evitar el miedo de
su hijo a la oscuridad, le decía que no era de noche sino que estaba nublado.
Otra de las cosas que apuntan a que no está bien
informado, es verle correr detrás de los acontecimientos, cuando lo inteligente
y efectivo es adelantarse a ellos.
Y ahora quiero hablarle de lo que importa en la
situación actual, ya que el miedo se ha instalado en las personas y en los
colectivos de ellas. Y“el miedo es el peor de todos los males, por que,
en ese estado de ánimo, se deja de pensar con normalidad. Y, en el “sálvese
quien pueda”, aparece el desorden y se repite la frase “Apretarse el cinturón”,
que no hace otra cosa que agravar la situación.
Por lo cual, Señor Presidente: “A grandes males,
Grandes remedios “y, aunque su ministro de economía no para de decir que no
se pueden hacer más cosas. No se resigne.
Déjese aconsejar. Recurra a sabios y expertos en la
materia. Fuera recelos y pida el máximo de sí a Su Gobierno, al que quizá le
sobrarían algunos ministerios, cuyos titulares se les ve como agarrotados y
mostrando un perfil bajo en su gestión.
Mi petición y consejo:
1.-El Gobierno ha de continuar con cuantas obras
públicas se están realizando.
2.-Se han de acelerar los nuevos proyectos y
comenzar su ejecución cuanto antes.
3.-Estudiar con urgencia nuevas inversiones en
infraestructuras viarias, clínicas, centros de enseñanza y rehabilitación de
edificios necesitados de ello.
4- El Gobierno ha de invertir, al tiempo que ayuda a
los más necesitados. Y ya que el paro apunta a batir todas las marcas
establecidas en España. Las medidas han de encaminarse a compensar con la obra
pública, la ralentización o paralización de la actividad privada. Porque de
nada servirá ofrecer dinero a los que contraten a personal en paro, si la falta
de demanda hace que sus mercancías se eternicen en los almacenes.
¿Y de donde sacaremos el dinero para ello? Pueden
decir ustedes.
Pues se ha de ahorrar en cosas que puedan esperar
que escampe el temporal
Y recurrir al endeudamiento del Estado, rebasando
las barreras de la U E, como hicieron Francia y Alemania en su día. Y como se
debe hacer siempre, pero más en tiempos de crisis, control exhaustivo para que
no metan la mano los listillos de turno.
Sepan pues que las personas solemos ser comprensivas
con las acciones que la dureza de una situación obliga a tomar, si se les
convence de ello. Por lo que han de hablar con la oposición y admitir algunas
de sus propuestas. Dialoguen con los sindicatos y la patronal sobre la
necesidad de priorizar el mantenimiento del empleo en detrimento de mejoras
salariales.
Y, usted Señor Presidente, ha de hablar al pueblo
español para presentarle con realismo la situación y pedir la colaboración de
todos. Y, si fuera necesario, decretar la congelación de salarios y pensiones,
exceptuando las que perciben los más humildes.
Que no le tiemble el pulso para tomar decisiones,
por impopulares que puedan parecer. Pero eso sí; disponga siempre de un
diagnóstico correcto y no se empeñe en minimizar las situaciones adversas.
No olvide que no es bueno y además suele crear
rechazo el empeño en mantener que se sabe todo, sin admitir posibles errores.
Además de ser un indicador de debilidad, desconfianza y temor.
Quiero decirle por último, que en las dificultades
es donde se demuestra la verdadera capacidad de las personas y los grupos. Y a
usted se le brinda la oportunidad de pasar a la Historia, no sólo como el
Presidente que quiso aplicar a las relaciones un talante más humano, sino como
el Presidente que lideró a España en unos tiempos de crisis, tomando las
medidas necesarias para salir de ella.
Barcelona a, 5 de noviembre de 2008
Reciba un afectuoso saludo, deseándole acierto por
el bien de todos.
Tomás Martín Cifuentes.
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