CARTA
ALCALDE DE BARCELONA
6
- 5 – 2004
Señor Alcalde y demás componentes del consistorio
municipal:
En nuestra carta del 29 de mayo del 98, tras
reconocer las muchas cosas que se habían hecho bien, les expresábamos
preocupación por algunas deficiencias con las que nos toca convivir y el deseo
que éstas pudiesen ser subsanadas.
Les hablábamos de los residuos y la necesidad de
reciclarlos y que, para conseguir la colaboración de los ciudadanos era
necesario que la separación en origen resultara lo más fácil posible; en este
sentido se entiende la entrega de las bolsas y los pequeños cubos marrón, junto
a las explicaciones pertinentes.
La campaña, siendo acertada, no ha sido suficiente
para concienciar a todos de la importancia de la separación y la posterior
dejada en el contenedor correspondiente, por lo que serían convenientes otras
acciones que ayuden a convertir este hecho en un hábito de todos.
Les decíamos de las posibilidades que nos brinda el
mar como se ha demostrado, una vez más, en las instalaciones del Forum; un
acontecimiento para el que deseamos el mayor éxito, por el bien de Barcelona y
premio a la imaginación y el esfuerzo de sus dirigentes, a pesar de tantas
incomprensiones.
Ahora nos permitimos hacerles una reflexión sobre el
tema, siempre difícil, de las normas y las leyes:
Entre los componentes de la comunidad de
propietarios a la que pertenecemos conviven diferentes opiniones sobre la
colocación o no, en la fachada, de componentes exteriores visibles de las
instalaciones de aire acondicionado en las viviendas.
Dicen los que no quieren cumplir las normas que, por
todas partes se ven cosas que no cumplen lo que está legislado sobre el tema y,
aunque ello no da ningún derecho para hacer cada uno lo que quiera, sí les
permite pensar que si a aquellos no se les han puesto impedimentos ni
sanciones, tampoco se hará en su caso.
Decía Cervantes que no se deben hacer muchas
pragmáticas, pero las que se hagan se a de procurar que se guarden y cumplan,
porque las leyes que no se cumplen son como la biga “rey de las ranas”que al
principio las asustó y luego se subían en ella.
Nosotros pensamos que las normas y leyes han de ser
sólo las necesarias y, sobre todo ser justas, evitando aquellas que su
cumplimiento pueda acarrear más problemas que los beneficios que las mismas
persiguen
Hay otro hecho que merece una atención, el mal
estado de algunos edificios iglesia de Barcelona. Su exterior y cubierta están
deteriorados por los muchos años de existencia y falta de mantenimiento y
rehabilitación.
Se puede decir que esto es cosa de la organización
Eclesiástica, pero también se puede
argumentar que estos edificios singulares forman parte del Paisaje de esta
maravillosa e incomparable Barcelona.
Puede decirse también que estos edificios son cosa
de los creyentes, pero conviene no olvidar que éstos, o sea los creyentes,
también son ciudadanos, e igual que se dedican recursos a instalaciones
deportivas, aunque una mayoría de personas no practican deporte, y se acondicionan
las playas sabiendo que hay quien no les agrada tomar el sol o remojarse;
igualmente se debería hacer algo por la conservación de un legado cultural y
religioso que tantas personas apreciamos, sin olvidar el complemento turístico
que representan.
En una visita del Alcalde Joan Clos al Distrito del
“Nou-Barris” –unos vecinos se quejaban de la penosa situación de una casa en
ruinas situada entre la calle Alzamora y la Avda. Río de Janeiro, por la
utilización que hacían de ella unas personas relacionadas con el mundo de la
drogadicción.
Dijo uno de los vecinos allí presentes.
Traigan una máquina y tírenla al suelo.
No podemos –contestó el Alcalde– al tiempo que
preguntaba a Santiburci (concejal del
Distrito en aquellos años):
¿Cómo está esto?
Está catalogada –le contestó– agregando que costaría
cuatrocientos millones de pesetas su rehabilitación.
Y yo me pregunto: ¿Si es tan importante conservar
una casa de payes para que se sepa como fue el pasado del lugar, cuanto más importante
es conservar unos edificios como las iglesias que representan un pasado y
presente cultural y religioso?
De cualquier forma se debería prestar atención a los
edificios Iglesias en mal estado, pensando también que si se siguen
deteriorando pueden llegar a ser peligrosos para la integridad de las personas.
Por lo que sería deseable que el Ayuntamiento liderara una acción que, con la
implicación del Ministerio de Cultura, la Consejería de La Generalitat, El
Obispado y cuantas Empresas quieran adherirse, iniciara las rehabilitaciones,
empezado por la iglesia de San Andrés Palomar.
Dice una canción de Juan Pardo: Amigo mío, si
quieres puedes; para apostillar a continuación. Si puedes debes hacer.
Agradeciéndoles de antemano el tiempo que puedan
dedicar a la lectura de nuestras reflexiones y sugerencias reciban un saludo y
les animamos a seguir trabajando para conseguir una Barcelona mejor, sabiendo que
con empeño, constancia y esfuerzo se pueden vencer los obstáculos que
ineludiblemente se irán presentando.
Barcelona a, 6 de mayo de 2004. Tomás.
CONTESTACIÓN DEL ALCALDE JOAN CLOS
3–6–2004
Sr. Tomás Martín.
Apreciado señor,
Les agradezco la carta que me enviaron hace unos
días en la que me exponían sus propuestas y sugerencias para mejorar diferentes
cuestiones de Barcelona.
Una de las características de Barcelona es su
capacidad participativa, la implicación de los barceloneses con su ciudad. En
aspectos como el reciclaje o el respeto a la normativa de conservación de las
fachadas, cada uno de nosotros tiene que actuar desde su responsabilidad: el
Ayuntamiento facilitando los servicios y garantizando el cumplimiento de las
ordenanzas, y la ciudadanía en el respeto y concienciación hacia el bien de
todos.
Por otro lado, Barcelona ha sido una ciudad pionera
en la catalogación y protección de sus monumentos y edificios histórico-artísticos.
Pueden estar seguros, que desde el ayuntamiento seguiremos dedicando los
máximos esfuerzos para proteger todos aquellos edificios que configuran el
patrimonio de la ciudad y que se encuentran recogidos en el Catálogo de
patrimonio artístico de Barcelona.
Cordialmente, Joan Clos
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