ROMPER LA CADENA DE LAS RELACIONES
(DANIEL GOLEMAN)
Era Navidad y Julia estaba fregando los platos, mientras su marido y sus hijas jugaban con los regalos. Julia había preparado el desayuno, había limpiado, hecho la comida y ahora, después de todo eso, estaba limpiando.
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Había estado despierta hasta muy tarde en Nochebuena, preparando todo y estaba en el límite de sus fuerzas; para ella era muy difícil seguir trabajando.
Mientras lavaba los platos, Julia notó que empezaba a notar cierto resentimiento. Su mente comenzaba a fijarse en el hecho de que ella también quería tener algún momento de esparcimiento. “¿Por qué mi marido no me ayuda? Siento que se están aprovechando de mí”. En eso estaba.
Luego hizo una pausa y se preguntó: “Te molesta, Otra vez respondió en su interior: “¡Sí!”
Entonces, a medida que investigaba sus propias reacciones, comenzó el dialogo interior. Cuando reflexionaba sobre el resentimiento que había en sus sentimientos y en sus pensamientos, descubrió la forma en que ella misma estaba creando su problema al reaccionar ante su resentimiento con pensamientos todavía más irritados, y como reaccionaba con un resentimiento aun más intenso ante esos nuevos pensamientos.
Julia comprendió que lo que guiaba todo eso era su sensación de carencia, un sentimiento muy familiar al que ella era susceptible. También se dio cuenta de que su marido en realidad no sabía la manera en que ella se sentía y que si sencillamente se lo hacía saber y le pedía ayuda, él la ayudaría.
Con esa percepción, vio disolverse su resentimiento y lo dejó ir. Entonces tubo conciencia del exceso de cansancio que sentía. Dejó de hacer lo que hacía y se permitió hacer saber a su esposo qué necesitaba en ese momento: estaba agotada, entonces se desplomó sobre el sofá e hizo una breve siesta.
Cuando se despertó, Julia vio que la cocina estaba limpia y que el desorden navideño de la casa había desaparecido. Su marido se había dado cuenta solo (¡debe de ser uno entre un millón!).
Decía Séneca que las colisiones comienzan en la primera infancia con el descubrimiento de que las fuentes de nuestra satisfacción están fuera de nuestro alcance y de que el mundo no se amolda a nuestros deseos. Sin embargo, para Séneca, si alguna posibilidad tenemos de alcanzar la sabiduría es aprendiendo a no agravar la terquedad del mundo mediante nuestras propias reacciones en arrebatos de furia, autocompasión, ansiedad, amargura, fariseismo o paranoica.
Una misma idea recurrente a lo largo y ancho de su obra: Que soportamos mejor aquellas frustraciones que comprendemos y para las que nos hemos preparado, mientras que nos causan más daño aquellas que menos esperábamos y que no acertamos a entender.
La felicidad alimenta la cólera –decía Séneca- al observar cómo sus adineradas amistades maldecían la vida por no haberles dado lo que esperaban.
Séneca propone que tengamos siempre presente la posibilidad del desastre.
¿Qué es el hombre? Un recipiente quebradizo a cualquier golpe o cualquier sacudida.
Un cuerpo endeble y frágil, desvalido, indefenso por su misma naturaleza, necesitado de ayuda ajena, abandonado a todas las indolencias de la suerte.
“No creí que llegara a suceder” ¿Crees tu que no va a suceder algo que sabes puede pasar, que ves que le ha sucedido a otros?
La ansiedad es un estado de agitación ante cierta situación que se desea tenga un feliz desenlace, al tiempo que se teme que desemboque en lo peor. Séneca nos invita a considerar que es posible que ocurra algo malo, si bien es poco probable que llegue a ser tan malo como nos temíamos. Y dice que si queremos liberarnos de toda preocupación, imaginemos que el acontecimiento que tememos se ha de realizar indefectiblemente.
No se desprecia la persona por ser bajo. Querrá ser alto.
De este modo un sabio se basta a si mismo, no porque desee estar sin un amigo, sino porque puede estarlo.
Si los hombres fueran prudentes atribuirían a cada cosa su valor verdadero según fuera más o menos útil y propio para su vida.
No debería extrañarnos demasiado de que, en una discusión-pelea, nos comportáramos como si estuviéramos en peligro.
La empatía –que consiste en escuchar los sentimientos reales adyacentes al mensaje verbal- es el modo más eficaz de escuchar sin adoptar una actitud defensiva. Y el arte de hablar de una forma no defensiva consiste en la capacidad de ceñirse a una queja concreta sin desembocar en un ataque personal.
Hemos de procurar ser puntuales en las citas porque quien espera suele pensar el los defectos de quien le hace esperar, y ser prudentes a la hora de mostrar nuestras quejas, en el caso que seamos nosotros los que nos haya tocado esperar. Estaría bien decir:
Al no recibir aviso de que llegarías tarde me sentí preocupado y enfadado. Me habría gustado y tranquilizado que me avisaras del retraso.
No sería bueno decir: Eres un desconsiderado y un egoísta.
La comunicación abierta no debe suponer un desafío, una amenaza ni un insulto.
Resultará más eficaz aceptar que hemos fallado que tratar de encontrar disculpas para eludir nuestra responsabilidad.
“Para evitar esas situaciones, en la empresa donde yo trabajaba, había un recuadro con avisos, entre los que decía: Piense que se le valorará por los resultados y nunca por la calidad de las excusas que logre aportar”.
La empatía debe utilizarse como instrumento de ayuda.
El respeto y el amor pueden despejar nuestras hostilidades contra los demás.
Hemos de comprender el punto de vista de los demás y valorar su posible validez, aunque no coincida con el nuestro.
Siempre es bueno pedir disculpas si reconocemos que nos hemos equivocado.
Destacar y alabar alguna cualidad del otro con sinceridad, puede contribuir a relaciones más estables e ir acumulando un capital emocional de sentimientos positivos. Pero para que esto pueda salir en los momentos de tensión es necesario incorporarlos como práctica en los días y tiempos de calma y sosiego.
Información y opinión de quien escribe: Decía un vendedor de Coca-cola en el año 1970 que solamente se sentías satisfecho de su trabajo una vez al mes. El día que cobraba.
Ha de ser posible que las personas nos sentamos más días satisfechos con lo que habitualmente hacemos para nuestro bien y el de los que le rodean.
Algunas veces contestamos de forma que, sin intención de hacerlo, dejamos desanimados a los demás.
En Cítricos y Refrescantes SA, donde trabajé muchos años, teníamos un jefe de ventas que, cada mañana, nos reunía a los encargados de grupo para comentar los informes del día anterior, correspondientes los vendedores. Aquellos comentarios eran en realidad unos monólogos del Sr. Puitgros, que así se llamaba el jefe de ventas, de lo más negativos que podían darse Como si se tratara de un ritual, cogía los informes, uno por uno, e iba diciendo: Este, nada de nada de nada. Y mientras nosotros callábamos seguía diciendo: Este informe está más blanco que el alma de un cristiano recién bautizado. Nosotros seguíamos sin abrir los labios, pero él seguía: Se me pone la carne de gallina de pensar como se hacen las cosas en esta empresa. Estos vendedores os toman el pelo y nada más que de pensarlo se me ponen de punta los cuatro pelos que me quedan.
Nosotros aguantábamos lo que él iba diciendo hasta que terminaba su repertorio, para marchar a tomar un buen desayuno.
Tanto yo como mis compañeros nos habíamos revestido de una coraza invisible para soportar las descalificaciones y comentarios grotescos.
En mi opinión se debe ser exigente a la hora de hacer cumplir las normas de la Empresa para la eficiencia del trabajo; pero deben evitarse los ataques personales por contribuir a la creación de sentimientos negativos en quien los recibe y le distancian progresivamente de quienes le dirigen y que, según él, valoran poco su trabajo.
Estos empleados trabajarán a la defensiva, anteponiendo su situación personal a los éxitos de la Empresa. En cuanto a la motivación del personal, sigue siendo válido aquello de la zanahoria y el palo, aunque se ha de intentar todo antes de recurrir a unos castigos que serán casi siempre negativos. Salvo que se trate de una situación muy grave, pero sin olvidar que el individuo sancionado terminará quedando mermado para seguir realizando su trabajo con eficacia.
Es cierto que debe de haber siempre un control sobre las actividades, complementadas con apoyo y estímulo, no regateando en formación y capacitación y no perdiendo ocasión para resaltar aquellas acciones que produjeron buenos resultados.
Y si, como consecuencia de malas actuaciones, los resultados se resienten, deben de analizarse las causas; pero rehuyendo la crítica personal que puede sembrar sentimiento de incapacidad, frustración y desmotivación.
Hay niños que, por motivos diversos, no culminan el curso con la puntuación suficiente, en las evaluaciones, para darlo por aprendido, por lo que han de repetir al año siguiente y, a medida que van rezagándose se van sintiendo más desanimados, resentidos y desconfiados de su capacidad para conseguir las buenas notas que todos desean y piden de ellos. (De la cosecha de Tomás)
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Incidiendo (según Goleman) en los factores emocionales y sociales, por ejemplo estar seguro e interesado por uno mismo, saber que clase de conducta se espera de nosotros, como refrenar el impulso a portarse mal y expresar sus necesidades manteniendo una buena relación con sus compañeros.
Veamos los ingredientes clave de la capacidad fundamental, Según un informe del Nacional Center For Clínica Infantil:
1.-Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo, la propia conducta y el propio mundo. La sensación de que tiene muchas posibilidades de éxito en lo que emprenda y que los adultos pueden ayudarle en esa tarea.
2.-Curiosidad. La sensación de que el hecho de descubrir algo es positivo y placentero.
3.-Intencionalidad. El deseo y la capacidad de lograr algo y de actual en consecuencia. Esta habilidad está ligada a la sensación y a la capacidad se sentirse competente, de ser eficaz.
4.-Autocontrol. La capacidad de modular y controlar las propias acciones en una forma apropiada a su edad; la sensación de control interno.
5.-Relación. La capacidad de relacionarse con los demás, una capacidad que se basa en el hecho de comprenderles y de ser comprendido por ellos.
6.-Capacidad de comunicar. El deseo de intercambiar verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esta capacidad exige la confianza en los demás (incluyendo a los adultos) y el placer de relacionarse con ellos.
7.-Cooperación. La capacidad de armonizar las propias necesidades con las de los demás en las actividades de grupo.
Traumas por acontecimientos desagradables vividos o por haber recibido malos tratos en la infancia, tienen consecuencias en lo que se llama el Trastorno de Estrés pos Traumático; para mucho tiempo y quizás para toda la vida del individuo. Actualmente esto se comprende más por lo que cuando se produce un accidente, un atentado o una catástrofe natural se suele aportar, si es posible, tratamiento psicológico para minimizar el T. E. P. T.
Los recuerdos traumáticos constituyen fijaciones del funcionamiento cerebral que interfieren en el aprendizaje posterior y, de una respuesta normal a los acontecimientos traumáticos.
Información y opinión de quien les escribe: Leyendo este libro he encontrado el porque de una obsesión permanente que arrastraba sobre la seguridad y que se manifestaba cerrando puertas y ventanas, bajando persianas, dando rodeos para esquivar los lugares poco visibles etc. El asunto viene desde que vivía en la casa que compartía con mis padres y hermanos y era lo siguiente: la casa tenía varias puertas y una de ellas, la que llamaríamos puerta de atrás, daba a una calle bastante solitaria a través del granero y, donde se guardaban los productos de la matanza familiar y los jamones que mi hermano mayor salaba, secaba y curaba para ganarse unos dineros extras al trabajo diario del cultivo de la tierra. Aquella puerta era tan frágil que hubiera bastado un empujón o cualquier otra acción de fuerza para conseguir abrirla y llevarse fácilmente todo cuanto allí había.
Por desconocimiento se dejan de realizar buenas obras; pero también por desconocimiento se evitan malas acciones y quizás hasta desgracias. Así el desconocimiento de que aquella puerta fuera tan frágil evito, y no otra cosa, que desapareciera cuanto allí se guardaba, porque creo que el único que pensaba en la debilidad de la puerta, ese era yo. Mi temor a que el robo pudiera producirse me hacía padecer.
Aquella preocupación y temor acabó convirtiéndose para mí en una obsesión que, lo quiera o no, me acompañará siempre. (De la cosecha propia).
Cuando se tenga deseo de ser aceptado, necesidad de intimidad, miedo al fracaso o mucha dependencia sería conveniente tratamiento psicoterapéutico para minimizar los pensamientos y respuestas derrotistas.
La rigidez excesiva, las exigencia frecuentes suscitan rechazo o indiferencia de los demás hacia nosotros.
Información y opinión: Recuerdo un hecho que se producía en la terraza del Hostal Alfonso, en el pueblo de Pampaneira (Ganada) cuando varias personas nos reuníamos a la espera de jugar una partida de cartas. Se daba el aso que todos queríamos jugar, pues para ello estábamos allí; pero ninguno nos atrevíamos a decir a los demás: ¡Jugamos! Sencillamente por temor a una respuesta negativa que nos dejara desairados. (Cosecha propia)
El Temperamento
Nuestra dotación genética nos predispone a ciertas pautas de conducta que, de ser perjudiciales, deberíamos tratar de atemperar como: las reacciones inestables o desesperantemente tímidas.
Según estudios de Jerome Kagan, psicólogo de la Universidad de Harvard, existen al menos cuatro temperamentos básicos: tímido, abierto, optimista y melancólico.
Es importantísimo aprender dos cosas:
1º. La capacidad de relacionarse con los demás y con el entorno.
2º. Interpretar correctamente los reveses que recibamos en la vida, asumiéndolo como una cosa a la que nadie es inmune. Y no descartando que quizá aquel contratiempo pueda ser el presagio de un bien posterior.
Información y opinión: A una joven prescindieron de ella en la empresa donde trabajaba para devolver el empleo a otra señora que anteriormente había ocupado aquel puesto. Ni que decir tiene que aquella acción sentó muy mal a la joven que perdía su empleo, sin pensar, en aquel momento, que aquel despido le permitiría trabajar en una Empresa mejor, con cargo más valorado tanto económicamente como socialmente.
Otro caso fue el de un hombre de 54 años que perdió su empleo porque los responsables del capital de la Empresa donde había trabajado durante 26 decidieron venderla a la propia competencia. Y cuan grande fue su disgusto al averiguar que los nuevos dueños decidían prescindir de él. Un hombre que había conseguido el reconocimiento por su trabajo y dedicación, se veía desechado por los nuevos dueños, lo que le producía enfado, disgusto y preocupación.
El resultado fue que, con la indemnización, el seguro de desempleo y las ayudas estatales después, se le oyó decir alguna vez: “El despido de la Empresa fue lo mejor que me podía haber pasad”
Los contratiempos, no siempre han de ser para mal, aunque representen un duro golpe al producirse.
Una joven de Barcelona tenía un novio al que quería; pero la relación se fue complicando hasta tal punto que hubieron de romper el compromiso, resultando la ruptura dolorosa para ambos. Y por lo que sabemos, aquella joven inició posteriormente una nueva relación de noviazgo con otro joven normal: de buena planta, responsable y licenciado en una carrera de ingeniería electrónica con el que casados formaron una familia estable y feliz. (De la cosecha propia).
Aunque la depresión tenga un origen genético a su aparición parecen contribuir los hábitos mentales pesimistas.
Las malas notas, las discusiones con los padres o el rechazo social crea un cúmulo de hechos negativos en los niños que va formando un círculo vicioso, al que después pueden sumarse amistades en una situación similar y con futuro incierto.
Como la mayor parte de las cosas se producen por la inercia y de forma automatizada, no es difícil que entre la repetición de los hechos que llamaríamos normales convivan acciones y automatismos negativos y perjudiciales que, sin quererlo ni siquiera pensarlo, se irán produciendo hasta convertirse en hábitos dañinos.
Información y opinión: De la misma manera, si estamos integrados en un círculo virtuoso, una acción exitosa y agradable nos predispone a otros hechos positivos, beneficiosos y gratificantes,
Un padre decía a sus hijos que en la escuela sucedía igual que en una carrera ciclista. Los primeros reciben aplausos y encuentran la carretera despejada, en tanto que los últimos o rezagados son ignorados, cuando no obstaculizados, por los aficionados que corren tras los que llegaron primero. Así los estudiantes que asimilan correctamente las enseñanzas de los profesores estarán situados en lugar de privilegio para recibir las nuevas enseñanzas, teniendo como base lo ya aprendido y el favor y la estima de los profesores, junto a la satisfacción y reconocimiento de sus padres y suya propia.
Esto que es cierto y que aquel padre utilizaba para motivar a sus hijos, se le volvieron argumentos en contra cuando aquellos hijos no lograron situarse en el grupo de privilegio.
La motivación a de ser adecuada teniendo presente la situación y capacidad de las personas a que va dirigida, sin descartar que éstas puedan llegar a situarse en el lugar más desfavorable. Por lo que será bueno disponer de argumentos y preparación para que, en el caso, de sentirse en una situación llena de contratiempos y dificultades, en la que ciertamente no seremos solos, también podamos sacar el rendimiento que permita una realización satisfactoria, aunque quizás menos brillante.
Sabido es que al nacer todos traemos unas cualidades que nos otorga la genética, las que se completan o desarrollan a nuestro paso por la vida, recibiendo del entorno, como pasa en la pesca, que recogen las redes cuanto encuentran al ser arrastradas, siendo necesaria la selección para quedarse con aquellos peces que los consumidores demandan. También nosotros habremos de deshacernos de cuantas cosas no nos sean útiles o nos puedan ser perjudiciales y poner nuestro empeño en nutrirnos de lo que permita desarrollar aquellas cualidades beneficiosas para nosotros y cuantos nos rodean.
Habrán oído hablar de ciertos tiempos, más bien cortos, que permiten a una persona realizar cosas que normalmente no se atrevería ni a intentar en circunstancias normales. A esas situaciones se les suele llamar “estado de gracia o estado de flujo”. Es el tiempo en que a la persona le sale bien todo cuanto intenta y acomete muchas porque dispone de absoluta confianza. (Sin confianza en el éxito es difícil iniciar nuevas empresas).
Ese estado favorable no llega a ser permanente para nadie y se debe saber que rara vez se llega a producir. Es más, para la inmensa mayoría de las personas no llega producirse nunca.
Yo suelo ser reacio y hasta escéptico sobre las cosas buenas que nos puedan llegar al primer contacto y sin haber hecho nada para merecerlo. Pero desde siempre ha habido infinidad de personas que esperaron y esperan de un golpe de suerte o fortuna que les arregle la vida en un santiamén. Yo no tengo esperanza en ello, no quiere decir que no pueda producirse, pero que desde pequeño me enseñaron que las cosas que nos faltan hay que ganárselas. Y trabajando y mereciéndolo existirán más posibilidades, no de conseguir el éxito y la fortuna, pero si disponer de lo necesario dentro de la escala social en la que estemos encuadrados.
Es también cierto que se disfruta mucho más aquello que se consigue con nuestro esfuerzo y constancia y también que se prolonga la satisfacción más en el tiempo, como nos demuestra la misma naturaleza en cuanto a su apartado vegetal, donde las plantas de crecimiento rápido como: los chopos y algunas variedades de pino que se forman en pocos años, menos aún tardan en ser destruidas por las adversidades climatológicas o de envejecimiento natural. Sin embargo los árboles que crecen lentamente, como las encinas, tienen una existencia prolongada, aguantando sequías, vientos y todo tipo de adversidades.
Así pues los capitales que nos llegan sin esfuerzo, por un golpe de fortuna o una herencia inesperada, suelen producir desequilibrios en nuestra conducta y, en algunos casos, más perjuicios de lo que en principio podía esperarse. Y no digamos amistades y relaciones que se consiguen a la primera, sin un mínimo conocimiento, esfuerzo y tiempo para conocerlo y merecerlo, suelen ser de una duración efímera.
Los placeres que producen satisfacción instantánea y no conseguidos a través de los conductos establecidos como normales, nos pueden inducir a una utilización repetitiva que termine produciendo cansancio y hastío, lo que nos incapacita para afrontar los retos que un sereno y alegre vivir lleva consigo. Sabido es que para disfrutar de las cosas se necesita tiempo y distancia y todo lo que acabamos de decir no permitiría un disfrute dentro de un orden y control.
Sabemos también que las cosas tomadas sin medida y consumidas en exceso pueden producir adiciones que no convendría olvidar.
Y llegado el caso de sentirse atrapado en una adición que producirá desasosiego pasada la excitación eufórica de los placeres sin medida. Y podría llegar, si se sigue en la senda a las euforias continuadas y experimentar su efecto decreciente, tener que recurrir a otros excitantes u anestésicos, cuyos efectos dañinos terminarán arruinando una vida siempre valiosa. (De la cosecha propia)
Es importante adquirir la capacidad para identificar, expresar y controlar los sentimientos; la habilidad de controlar los impulsos, posponer la gratificación, y manejar los sentimientos de ansiedad y tensión.
La capacidad de interpretar los signos emocionales y sociales, la de escuchar, de resistirse a las influencias negativas, de asumir la perspectiva de los demás y de comprender la conducta que resulte más adecuada en una determinada situación.
Sentirse ofendido, sentirse rechazado, la envidia, los altercados que podrían terminar en peleas, convendría identificar bien y poder escapar a ellas.
La asertividad consiste en expresar los sentimientos directamente; algo, por cierto, muy distinto de la agresividad o la pasividad.
Todo el mundo necesita ayuda cuando tiene dificultades para verse a si mismo. No es sencillo, cuando el corazón late con fuerza, o se está temblando de miedo. Lo normal es empezar a gritar, perdiendo el control y echar la culpa a los demás.
Al pasar lista en un colegio los alumnos respondían con un 1, un 2 o un 3, uno de estos números habría la posibilidad de que otro preguntara:
¿Quieres comentarnos como te encuentras? Y en el caso que el alumno quisiera (porque ninguno estaba obligado a hablar de lo que no deseaba), disponía de la posibilidad de expresar lo que le inquietaba y de buscar posibles soluciones creativas.
En los cursos inferiores los problemas giraban en torno al miedo, al rechazo o ser objeto de burla de los demás. A partir del sexto curso aparecían otras preocupaciones como sentirse dolido porque nadie quiere aceptar una cita, sentirse rechazado etc. Los mayores se meten conmigo. Mis amigos fuman y quieren que yo también lo haga.
Se debería conocer la relación entre los pensamientos, los sentimientos y las reacciones.
Deberíamos aprender a manejar la ansiedad, la ira y la tristeza.
IDENTIFICACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS
Tristeza, preocupación, excitación, felicidad, frustración, molestia, enojo, sorpresa, miedo y disgusto.
Temor: la boca permanece abierta y retraída. Los ojos permanecen abiertos y con el ángulo interno elevado. Las cejas están levantadas y juntas. Hay arrugas en medio de la frente.
Pensemos que los niños que desarrollan trastornos de alimentación no logran diferenciar el enojo de la ansiedad y del hambre.
Deberíamos aprender el dominio de los impulsos, la expresión de los sentimientos, la resolución de conflictos etc.
La demora de la gratificación, la responsabilidad social adecuada, el control de las emociones y una perspectiva optimista ante la vida. Es el modo de sacar mejores resultados posteriores del aprendizaje de la inteligencia emocional. Cuando en la pubertad aparecen por vez primera la sexualidad, el alcohol, el tabaco y las drogas, entre otras tentaciones.
Un control de si mismo y de las emociones ayudará a tomar decisiones adecuadas ó posponerlas si fuera aconsejable.
Antes de tomar una decisión: si lo ves o lo presientes que puede ser peligrosa o mala: Detente, serénate y piensa antes de actual.
Si tienes dudas: Expresa el problema y di como lo sientes. Proponte un objetivo positivo.
Piensa en varias soluciones.
Piensa en las consecuencias.
Si lo vez claro sigue adelante y trata de llevar a cabo el mejor plan.
Hemos de saber que además de la pasividad y la agresividad hay muchas respuestas alternativas para solucionar los conflictos.
Debemos aprender a manejar provocaciones, amenazas, problemas interraciales etc.
Deberíamos saber sobre la felicidad, el enojo, los celos, el orgullo y la culpa.
“Respeta y serás respetado”, dice un cartel colgado en un casal para personas mayores en la calle del Doctor Pi y Molis de Barcelona. A mi me gusta leer los avisos que se ponen para que aprendamos cosas importantes y, en cuanto a éste yo creo que se debe tener en cuenta en la vida. Respetar con la esperanza de ser respetado.
Autoconciencia emocional:
Mejor reconocimiento y designación de las emociones. Mejor comprensión de las causas de los sentimientos. Reconocimiento de las causas existentes entre las causas y las emociones.
Control de las emociones:
Mejor tolerancia a la frustración y mejor manejo de la ira. Menos agresiones verbales, menos peleas. Mayor capacidad de expresar el enfado de una manera adecuada, sin necesidad de llegar a pelearse. Conducta menos agresiva y menos autodestructiva. Sentimientos más positivos respecto a uno mismo, su familia y su entorno. Mejor control del estrés. Menor sensación de aislamiento y ansiedad.
Aprovechamiento productivo de las emociones:
Mayor responsabilidad.
Capacidad de concentración y de prestar atención a la tarea que se lleva a cabo.
Menor impulsividad y mayor autocontrol.
Empatía la comprensión de las emociones:
Capacidad de asumir el punto de vista de la otra persona.
Mayor sensibilidad hacia los sentimientos de los demás.
Mayor capacidad de escuchar al otro.
Dirigir las relaciones:
Mayor capacidad de analizar y comprender las relaciones.
Mejora en la capacidad de resolver conflictos y negociar desacuerdos.
Mejora en la solución de los problemas de relación.
Mayor afirmatividad y destreza en la comunicación.
Mayor popularidad y racionalidad. Amistad y compromiso con los compañeros.
Mayor atractivo social.
Más preocupación y consideración hacia los demás.
Más sociables y armoniosos en los grupos.
Más participativos, cooperadores y sociables.
Más democráticos en el trato con los demás.
La piedra de toque del carácter es la autodisciplina. Así la emoción podrá permanecer bajo control de la razón.
La capacidad de tener en cuenta los intereses de los demás, tiene considerables beneficios sociales.
¿Qué es la emoción?
Se define como una agitación o perturbación de la mente.
Ira:
Rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, acritud, irritabilidad, hostilidad y, en casos extremos odio y violencia.
Tristeza:
Aflicción, pena desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación y, en casos patológicos, depresión grave.
Miedo:
Ansiedad, aprensión, temor, preocupación consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror y, en caso que sea psicopatológica, fobia y pánico.
Alegría:
Felicidad, gozo, contento, deleite, diversión, dignidad, placer sensual, estremecimiento, rapto, gratificación, euforia, capricho, éxtasis, y, en caso extremo, manía.
Amor:
Aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración, enamoramiento y ágape.
Sorpresa:
Sobresalto, asombro, desconcierto, admiración.
Aversión:
Desprecio, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto y repugnancia.
Vergüenza:
Culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación, pesar y aflicción.
En una encuesta realizada en los EUA para determinar lo que demandaban los empresarios a sus nuevos trabajadores, las competencias técnicas concretas no eran más importantes que la habilidad subyacente para aprender el trabajo. Pero además de esta cualidad, los empresarios enumeraron también las siguientes:
Capacidad de escuchar y de comunicarse verbalmente.
Adaptabilidad y capacidad de dar una respuesta creativa ante los contratiempos y los obstáculos.
Capacidad de controlarse a si mismos, confianza, motivación para trabajar en la consecución de determinados objetivos, sensación de querer abrirse un camino y sentirse orgulloso de los logros conseguidos.
Eficacia grupal e interpersonal, cooperación, capacidad de trabajo en equipo y habilidad para negociar las disputas.
Eficacia dentro de la organización, predisposición a participar activamente y potencial el liderazgo.
Información y opinión: En la empresa que yo trabajaba (Cítricos y Refrescantes S A) entre los años 1964 y 1982 se hicieron esfuerzos para crear buen ambiente, gastando en reuniones-comida para todo el personal. También se puso empeño en la formación de directivos y mandos intermedios con cierto éxito; pero al extender la formación a todo el equipo comercial se toparon con la exigencia de que el tiempo que se dedicara a participar en cursos de formación fuera descontado de las horas de trabajo de la jornada. Esta exigencia desanimó a los dirigentes que habían solicitado a la dirección general el presupuesto para mejorar la formación.
La verdad es que no se entendía muy bien que unos profesionales no quisieran dedicar algo de su tiempo a mejorar su formación. Pero así fue. Se hubo de realizar la formación descontando horas de trabajo que eran necesarias para hacer las visitas programadas a los clientes.
Aquellos trabajadores no tenían asumido que mejorar su formación era un bien personal que reportaría beneficios a ellos y también a la Empresa que prestaban sus servicios y que financiaba los costos de aquellos cursos.
La capacitación y formación es una necesidad para ser más eficientes en cualquier trabajo. La persona dispone de unas cualidades y aptitudes innatas y adquiridas que se deben de ir completando, aumentando y perfeccionando para adaptarse mejor a las nuevas situaciones que presenta cada trabajo concreto.
El empleado que se muestra reacio a participar de los cursos de formación que la empresa pone a su disposición, demuestra que no quiere o no sabe lo bueno de mejorar para ser más eficaz y quizá este comprando números para el sorteo de los próximos despidos(De la cosecha propia).
AQUÍ SE SIGUEN PICANDO TOMATES, CEBOLLAS Y DEMÁS INGREDIENTES TANTO PARA LA PAELLA COMO LA ENSALADO DE ACOMPAÑAMIENTO
SE EMPIEZA A DORAR LA CARNE CON SU CORRESPONDIENTE ACEITE Y SAL
AQUÍ SE VE COMO SE VAN AGREGANDO NUEVOS INGREDIENTES
AHORA SE LE INCORPARA EL AGUA Y EL ARROZ
SE LLENAN Y REPARTEN PLATOS DE PAELLA
LOS PARTICIPANTES EMPIEZAN LA COMIDA COMUNITARIA Y AMISTOSA
SE SIGUE COMIENDO A BUEN RITMO POR LO QUE SE PUEDEN APRECIAR LAS BOCAS CERRADAS Y LOS CARRILLOS ABULTADOS
LA PAELLERA CASI VACÍA DEMUESTRA QUE SE COMÍA CON GRAN APETITO
UNA VEZ COMIDOS SE INICIA LA GUERRA DE AGUA, POR LO QUE SE HA DE CORRER PARA LIBRARSE DEL HÚMDO REMOJÓN
FINALMENTE LLEGAN LAS RISAS Y LAS QUEJAS Y LAS DISCULPAS
